Un elegante par de sujetalibros Chat Noir, inspirado en el icónico cartel del cabaret de Montmartre en París.
Características
Fabricados en acero de alta calidad, los sujetalibros ofrecen una excelente rigidez para sostener libros de biblioteca y ciertos objetos de tamaño intermedio.
El peso de los libros sobre la lengüeta interior del sujetalibros y las almohadillas antideslizantes de silicona fijadas en la parte inferior de la base garantizan una estabilidad perfecta.
El acabado de la pintura es mate. El color negro permite que los sujetalibros combinen con una amplia gama de decoraciones interiores.
El proceso de termolacado utilizado para la pintura proporciona un revestimiento de alta calidad.
La calidad de los deslizadores garantiza la protección del mueble y las estanterías contra arañazos.
El material de acero utilizado para fabricar los sujetalibros es idealmente robusto y duradero, sin riesgo de daños.
Decoración metálica que se beneficia de la precisión de una máquina industrial de corte por láser, adecuada para la fabricación de decoraciones de interior de corte fino para pequeñas series de producción.
Asumimos toda la responsabilidad del proceso creativo, desde los bocetos iniciales hasta la producción final.
Juego de dos unidades.
Le Chat Noir: El Primer Cabaret Bohemio de Montmartre
Montmartre, famoso por su ambiente bohemio y su efervescencia artística, fue la cuna de numerosos movimientos culturales a finales del siglo XIX. En el corazón de esta energía creativa se encontraba Le Chat Noir, un cabaret legendario que encarnaba el espíritu rebelde y creativo del barrio.
El nacimiento de un cabaret revolucionario
Fundado por Rodolphe Salis, empresario y amante del arte, Le Chat Noir nació como un lugar de encuentro para artistas, poetas y músicos en busca de libertad de expresión. En aquella época, Montmartre era un barrio al margen de la burguesía parisina, atrayendo a mentes independientes y anticonformistas.
El cabaret abrió en un local modesto y su nombre fue inspirado tanto por un gato callejero adoptado por Salis como por la simbología felina, a menudo asociada con el misterio y la provocación. Con su ambiente acogedor, sus espectáculos satíricos y sus animadas discusiones, pronto se convirtió en el punto de encuentro de la vanguardia artística parisina.
Un centro de innovación artística y literaria
Con su creciente éxito, el cabaret se trasladó a un espacio más grande en Montmartre. Este nuevo establecimiento, decorado teatralmente con una mezcla de influencias medievales y barrocas, estaba animado por el propio Rodolphe Salis, quien recibía a los visitantes con un tono irónicamente noble y burlón.
Le Chat Noir se convirtió en un verdadero laboratorio artístico. Fue aquí donde nació el teatro de sombras, una técnica innovadora en la que siluetas animadas eran proyectadas sobre una pantalla, creando fascinantes espectáculos visuales. Este método, desarrollado por Henri Rivière, anticipaba los primeros experimentos cinematográficos.
El cabaret también era un espacio donde se cuestionaba la sociedad burguesa a través de canciones satíricas, poemas comprometidos y debates provocadores. Atraía a una clientela variada: escritores, pintores, músicos y también curiosos que querían sumergirse en la efervescencia intelectual de Montmartre.
Un legado cultural duradero
Tras la muerte de Rodolphe Salis, Le Chat Noir cerró sus puertas, pero su influencia perduró. Inspiró la creación de otros famosos cabarets, como el Moulin Rouge y el Lapin Agile, que continuaron con el espíritu bohemio de Montmartre.
El icónico cartel de Le Chat Noir, diseñado por Théophile Steinlen, que representa un gato negro de mirada penetrante sobre un fondo amarillo, se convirtió en un símbolo internacional de la vanguardia parisina y del arte de Montmartre. Hoy en día, esta imagen sigue siendo una de las más reconocidas del París del siglo XIX.
Más que un simple cabaret, Le Chat Noir marcó la historia de Montmartre al representar una época en la que el arte, la provocación y la libertad de expresión se unieron para dar lugar a un movimiento artístico sin precedentes. Su legado sigue inspirando al mundo entero, desde los amantes de los cabarets hasta los apasionados de la cultura parisina.
Protección del medio ambiente
Los sujetalibros están cortados de láminas de acero reciclado y acero recuperado. El acero es un material 100% reciclable.
La técnica de pintura utiliza pigmentos que no contienen disolventes ni sustancias similares. Los pigmentos se aplican mediante un proceso de deposición electrostática y luego se fijan pasando por un horno a unos 280°C.
Las cajas y papeles utilizados para el embalaje están hechos de productos naturales totalmente reciclables.
Sujetalibros de metal - Fabricados en la UE.
