Bandera izquierda

  • Diseño francés fabricado en la UE

O cómo favorecer la fabricación europea

Aunque la etiqueta Fabriqué en France pone de relieve la calidad de la fabricación a la francesa, se limita a algunos sectores de actividad específicos en los que es posible este reconocimiento, como la artesanía, el vino, los artículos de lujo y algunos otros.
Es mucho más difícil aplicar la etiqueta a sectores que utilizan técnicas industriales como el corte de metal por láser.

Mi enfoque y mi experiencia, arraigados en un entorno cultural muy francés, hacen que mis diseños sean puramente franceses, pero el proceso de fabricación es europeo, lo que no le resta ni mucho menos valor. En cualquier caso, es un elemento esencial hoy en día, ya que los equipos utilizados en la fabricación de mis relojes, sujetalibros y adornos proceden de varios países europeos, del mismo modo que si se fabricaran en Francia o en otro país de la UE, utilizando máquinas de distintos orígenes. Este es principalmente el caso del corte por láser, que realizan mis socios con máquinas de origen alemán, suizo o italiano. Para la pintura, los pigmentos proceden de fábricas de Polonia, Finlandia y Francia. Los mecanismos y las agujas de mis relojes se fabrican en Alemania. Todos mis demás proveedores, desde la imprenta hasta el fabricante de las almohadillas antideslizantes para mis sujetalibros, sin olvidar las cajas de transporte y otros suministros, se encuentran en Polonia, concretamente en Varsovia, ya que es allí donde vivo. De hecho, el transporte de materiales está limitado geográficamente.
En un ámbito como el del diseño de interiores, en el que la producción asiática inunda literalmente las grandes cadenas europeas del sector, mis creaciones, modeladas y moldeadas por mí mismo y mis percepciones, se realizan con recursos de esta Europa que estamos construyendo cada día.